Ha pasado mucho tiempo desde que escribí la última actualización a esta bitácora. Hace mucho tiempo atrás decidí que mis prioridades son otras y por desgracia (o fortuna, depende a quien le pregunte) no he escrito con mucha frecuencia.
Pero hay un tema recurrente el cual me ha tocado la puerta de varias maneras y al cual creo nunca le he prestado la debida atención: ¿Porqué corremos?
Algunas veces lo hacemos para dar el ejemplo. Y muchas veces nosotros somos quienes aprendemos algo
Hace ya unas semanas atrás corrí un 5K, el “Lyme Disease Research 5K“. Es una carrera pequeña pero con un motivo enorme, el prevenir y educar la gente sobre esta terrible enfermedad, la cual es muy común en el estado de Connecticut y para la cual no hay pruebas confiables que la detecten.
Mi hijo Sebastian, corrió media milla junto con otros niños. El ya estaba advertido que su papá (yo) iba a correr 5 kilómetros pero que el sólo tenia que correr media milla (si usted va a una pista de carreras, eso es 2 vueltas o 800 metros aproximadamente). Nosotros ya habíamos practicado previamente corriendo una vez en la pista, mientras yo le explicaba como no debía salir muy rápido pero que poco a poco acelerara su velocidad hasta que terminara corriendo con todo.
Si, le dije hasta el termino correcto en Ingles, haz un “negative split“.
El no estaba muy convencido, de hecho lo hizo casi a regañadientes ya que no entendía el propósito de correr por correr media milla. Yo me las ingenie para venderle la idea de correr un rato para después ir a hacer algo que al el le gustara más.
¿Que lo mueve a usted a correr? (5K Lyme disease research);
En fin, el día de la carrera llegó y yo a duras penas logré mejorar mi tiempo personal en 5 kilómetros; Una hora más tarde el estaba corriendo junto con otros niños, la mayoría de ellos más altos y maduros que Sebastian, manteniendo su ritmo justo en medio del grupo. A medida que se acercaban más y más a la meta pude ver como aceleraba su paso y cuando faltaba un cuarto de la distancia por recorrer el estaba corriendo a toda velocidad, seguido de cerca por un nuevo amigo que hizo mientras esperaba su turno para correr. Y luego en un momento el estaba al frente de todo el mundo, ganando distancia rápidamente…
Esta demás decir que me puse nervioso cuando vi que su cara reflejaba síntomas de agotamiento. Sin embargo vi algo más allí, una chispa de competitividad, de propósito, determinación.
En aquel momento me di cuenta que Sebastian habia cruzado una barrera que muchos adultos ni siquiera se atreven a rozar, fué de salir de su zona de comodidad; Como buen papa moderado empecé a gritarle que ya le faltaba poco y que no aflojara, ante la mirada atónita de algunos de los papas que estaban en el sito.
Gano y termino su carrera, así de rápido. Y mucho más rápido se fué a celebrar con su hermana y su nuevo amigo.
Correr es un acto muy intimo y público a la vez; Algunos lo hacen para sentirse libres y para ver hasta donde pueden llegar, como nos dice Ed Ayres en su libro “The Longest Race“. En el Ed nos explica como correr es algo implícito del ser humano, y de como debemos buscar en nuestras raíces para mantener un contacto sano con nuestro entorno y en especial con la naturaleza. Otros en cambio lo hacen para explorarse más a si mismos como nos muestra Haruki Murakami en “What I Talk About When I talk Aboit running“. Este último libro me gusto mucho ya que como corredor me identifique con muchas cosas que el describe en sus carreras y experiencias.
De una u otra manera, correr es un acto natural y depende de cada quien buscarle un propósito. O quizas el propósito de correr es de por si suficiente y nosotros lo adornamos para justificar el tiempo que le dedicamos.
Ya para finalizar, si tienen algo de dinero y la inclinación entonces envíen sus donativos a lymeresearchalliance.org/. Es una buena causa y no hay nada mejor que gente sana.
Hasta el próximo escrito, prometo no tardarme tanto.